Pasadas las 14:30 decidí "despertarme".Digo "decidir" porque ha sido exactamente lo que he hecho,ya que cuando vuelven las temporadas de insomnio,o te levantas y haces algo,o sigues tirada en cama el resto del día porque no tienes absolutamente nada que hacer.Nada.
Me he levantado llevándome por delante el escritorio con mi rodilla,y a pesar del dolor palpitante,poco me importaba realmente en comparación con mis eternas y masoquistas migrañas,las cuales a pesar de la medicación,siguen persistiendo.Según el neurólogo,son unas "migrañas de película".
Tras una larga ducha,más fría que caliente,ya que los cambios bruscos de temperatura me ponen enferma,y tras vestirme,volví a sentarme en la cama,para mirar las paredes y dejar que esa estúpida sensación de vacío volviese a apoderarse de las pocas neuronas que estaban activas.
Todo para darme cuenta de que echo de menos a esas pocas personas que apenas veo unos cuantos días al mes y que hacen que vuelva a ser yo.
Porque al fin y al cabo,no estaba muerta,sólo dormida.